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miércoles, 7 de noviembre de 2012

PRISIÓN INDEFINIDA POR RAZONES INESCRUTABLES


Llegué a la prisión por un caso del cual no podía recordar. Solo sabía que era una especie de trámite que había de seguir pero sin más importancia y que además mi salida era segura en poco tiempo. Pero no había manera de recordar la razón objetiva por la cual entraba en prisión. Así que fui poco a poco habituándome al ambiente de aquella cárcel que en principio no sabía ni donde estaba situada. Pero era una cárcel antigua y las instalaciones resultaban desagradables. Fui poco a poco conociendo las instalaciones, las celdas, los sitios comunes y siempre con la sensación de que era muy provisional mi estancia allí. Pero por muy necesariamente provisional que fuera volvía a experimentar el agobio de estar bajo un cuidado, bajo una tutela, bajo un control. Esa sensación de que mi vida no me pertenecía; de que otros eran los que dirigían y planifican mi persona.

Fui habituándome a los mandos; a los reclusos que me parecían gente muy normal y no malos compañeros. Temía por las personas peligrosas y que de alguna manera habría de chocar o rozar con delincuentes agresivos. Pero no sucedía nada. Cumplía con mis obligaciones y sorprendentemente casi siempre estaba en salas comunes. Pero era una vida un tanto irregular; sin una continuidad en el tiempo normal: era más bien un tiempo discontinuo que me hacía cambiar de espacios y de personas y situaciones de forma. Y como trasfondo de mi experiencia siempre la idea de estar muy provisional, aunque la provisionalidad no sabía a qué obedecía, ni en base a qué razones se justificaba. No sabía el motivo de mi estancia. Seguía caminando, moviéndome por las galerías y entre enrejados que separaban zonas de la prisión. Y el sentimiento de agobio ante mi indefinición. Indefinición, esa era la palabra que lo “definía” todo.

Esperaba correo de afuera, quizás alguna visita, pero no llegó más que una carta de mi familia a quien recordaba con intensidad en ocasiones. Mi padre, mi madre, hermanos, etc. Cuando llegó la carta de mi familia pude reconocer la letra de mi padre, pero no podía entender lo allí escrito. Había un membrete relacionado con algo que no tenía razón de ser y que no era capaz de recordar una vez intentado leerlo. El resto del texto era la letra de mi padre que evocaba mi familia, mi casa familiar; pero sin ser capaz de descifrar las letras. Todo el texto flotaba en una especie de vapor borroso que evocaba buenos deseos, un deseo de gran afecto; pero no transcribía nada legible.

En un momento de aquel tiempo discontinuo me dejaron salir a las partes externas de la prisión. Los guardas eran majos y me indicaron una especie de jardín donde paseaban presos; más allá había piscinas y campos de tenis para los reclusos y muchos de ellos las usaban, se bañaban o tomaban el sol. Caminé algo más hasta llegar a la cima de un montículo del parque y desde allí pude contemplar la ciudad, mi ciudad; pero una ciudad alegre y bañada por un sol intenso; unas avenidas amplias; un paseo marítimo alegre y lleno de colorido. No podía creerlo. Pero surgía en mi la aprehensión de una falta de libertad y de seguir bajo un total desconocimiento acerca de mi provisional estancia en aquella cárcel.

sábado, 3 de noviembre de 2012

BUENO, ENFÍN. QUÉ CHUNGA ES LA VIDA


No hace falta estirar mucho la mente para sentirte extraño en un mundo que al mismo tiempo te resulta tan aburridamente familiar. Ocurre a veces que ese momento de rutinaria actividad en cualquier día de diario te sorprendes de haber visto algo sorprendente. No sabes qué ha pasado exactamente, pero algo te ha parecido fuera de encaje, desencajado del contexto ordinario en que normalmente aparece. Quizás ese coche, esa acera gris mojada, ese árbol; ese pájaro; esa persona y su rostro tan enigmático. Ha habido una señal de extrañamiento que no ha durado más que un segundo, quizás dos o tres. Algo que te ha hecho recordar un aspecto lejano de tu infancia. Una cierta mirada inocente sin más interferencia que lo que tu libre imaginación te ha permitido dejar ver. Se ha abierto una puerta misteriosa en tu mismo ser, en tu misma conciencia. ¿Cómo ha sido posible?

Joder, Ploturio, pásame la garlopa que tengo que acabar estos bancos para la semana que viene. Mira qué tía más buena pasa por ahí. Cago en la madre que lo parió ¡dónde coño pusiste el martillo! Estoy hasta los mismos güevos de esos rompecojones de la chatarrería esa de enfrente que no paran de ensuciar la calle y llenarla de viruta metálica. Tengo un lumbago de mil pares de cojones, así que ten cuidao que no te caiga una hostia por hacer tanto el pijo, chaval.

No intentes abrir aquello que jamás podrás abrir por ti mismo. Desde la caída del Edén tan solo nos queda la esperanza de recobrar el paraíso perdido. Acércate de vez en cuando al sacrosanto lugar de un templo y busca recogimiento. Lleva siempre tu libro sagrado en algún bolsillo de tu vestimenta. Medita en las infinitas interpretaciones del texto revelado. Puede que la puerta se vuelva a abrir ocasionalmente.

Si me vuelves a dar el pescao podrido te denuncio, cabrona  de mierda. ¿Crees que soy una gocha que tienes que alimentar? Y a todo esto ¿Sabes que el cornudo de tu marido intenta vengarse contigo con el putón ese del supermercado? Venga dame otro kilo de sardinas y procura que estén frescas.

Pero has de estar siempre agarrado a la realidad terrenal. Apegado a la vida sin miedo a ser eso que tu eres y sientes. No dejes que otros te invadan sin permiso. Lo que hayas de ser lo serás por ti mismo y con voz propia. Tan solo ese desplazamiento inesperado podrá “sacarte de quicio” por algunos momentos para recordarte que vives en un misterio al que habrás de volver.

Mira chaval, o me trabajas las horas que te digo o vas a la puta calle. ¿Quién te crees que eres güevón de mierda? No ha habido hijo de madre todavía que me haya intentado soplar la polla que no lo haya mandado a tomar por el culo sin contemplaciones. ¡A rascarla! Venga, cabrón,¡ a rascarla! Ahora sí que me calentaste. A la puta calle sin más. ¡¡Coge los bártulos y las herramientas y a la puta calle!!