No hace falta estirar mucho la mente para sentirte extraño
en un mundo que al mismo tiempo te resulta tan aburridamente familiar. Ocurre a
veces que ese momento de rutinaria actividad en cualquier día de diario te
sorprendes de haber visto algo sorprendente. No sabes qué ha pasado
exactamente, pero algo te ha parecido fuera de encaje, desencajado del contexto
ordinario en que normalmente aparece. Quizás ese coche, esa acera gris mojada,
ese árbol; ese pájaro; esa persona y su rostro tan enigmático. Ha habido una
señal de extrañamiento que no ha durado más que un segundo, quizás dos o tres. Algo
que te ha hecho recordar un aspecto lejano de tu infancia. Una cierta mirada
inocente sin más interferencia que lo que tu libre imaginación te ha permitido
dejar ver. Se ha abierto una puerta misteriosa en tu mismo ser, en tu misma
conciencia. ¿Cómo ha sido posible?
Joder, Ploturio, pásame
la garlopa que tengo que acabar estos bancos para la semana que viene. Mira qué
tía más buena pasa por ahí. Cago en la madre que lo parió ¡dónde coño pusiste
el martillo! Estoy hasta los mismos güevos de esos rompecojones de la chatarrería
esa de enfrente que no paran de ensuciar la calle y llenarla de viruta metálica.
Tengo un lumbago de mil pares de cojones, así que ten cuidao que no te caiga
una hostia por hacer tanto el pijo, chaval.
No intentes abrir aquello que jamás podrás abrir por ti
mismo. Desde la caída del Edén tan solo nos queda la esperanza de recobrar el paraíso
perdido. Acércate de vez en cuando al sacrosanto lugar de un templo y busca
recogimiento. Lleva siempre tu libro sagrado en algún bolsillo de tu
vestimenta. Medita en las infinitas interpretaciones del texto revelado. Puede
que la puerta se vuelva a abrir ocasionalmente.
Si me vuelves a dar el
pescao podrido te denuncio, cabrona de
mierda. ¿Crees que soy una gocha que tienes que alimentar? Y a todo esto ¿Sabes
que el cornudo de tu marido intenta vengarse contigo con el putón ese del
supermercado? Venga dame otro kilo de sardinas y procura que estén frescas.
Pero has de estar siempre agarrado a la realidad terrenal.
Apegado a la vida sin miedo a ser eso que tu eres y sientes. No dejes que otros
te invadan sin permiso. Lo que hayas de ser lo serás por ti mismo y con voz
propia. Tan solo ese desplazamiento inesperado podrá “sacarte de quicio” por
algunos momentos para recordarte que vives en un misterio al que habrás de
volver.
Mira chaval, o me
trabajas las horas que te digo o vas a la puta calle. ¿Quién te crees que eres
güevón de mierda? No ha habido hijo de madre todavía que me haya intentado
soplar la polla que no lo haya mandado a tomar por el culo sin contemplaciones.
¡A rascarla! Venga, cabrón,¡ a rascarla! Ahora sí que me calentaste. A la puta
calle sin más. ¡¡Coge los bártulos y las herramientas y a la puta calle!!
Cuando nos hicieron daño del niño, el dolor queda alli pa' toda la vida.
ResponderEliminarUn ignorante jefe, padre, profesor ó quien sea.
Cerramos los ojos con nuestros años mucho más tarde..............y esa voz vuelve como si las palabras esten recien dichos.
¡Qué chunga es la vida!
¿que sentido tiene? Como cantó Lenny Kravitz 'I wanna fly away....'
Eleanor Rigby's long lost son!