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sábado, 17 de noviembre de 2018

EL CUADERNO DE LA PROFE

Se nos ocurrió la idea. Era el libro de calificaciones de la profesora. La profesora seria y pálida que a veces vestía con un vestido negro que le llegaba a los tobillos. Parecía una bruja. Pero a veces sabía entretenernos contando cosas que había vivido en sus viajes a lugares lejanos. No era mala profesora, aunque a veces nos parecía rara y antipática.
Así que se me ocurrió la idea, y no tardando mucho la propuse al grupo de compañeros de confianza. Le robaríamos el libro de calificaciones a la profe y nos enteraríamos qué es lo que escribía allí de nosotros. Quizás habría algo más que la nota, pues solía tomar notas a lápiz además de poner el número de porcentaje. Además, qué narices, ya era hora de hacer alguna hazaña propia en esa clase. Un poco de riesgo, de aventurilla. Así que Pármaso, Menedoiz y yo decidimos el plan. Pero había que implicar a alguna chica. Lo hablamos con Mirla y Deuterina y se apuntaron con gusto. Eran unas tías legales y con buen rollo.
Fue al final de la clase. Cuando la profe atendía a unos y otros que iban a hacerle preguntas o simplemente a hacerle la pelota. Yo, con cierto sigilo y aprovechando la concentración de la profe con un compa, fui y cogí el cuaderno sin que nadie se diera cuenta. Enseguida salí corriendo y lo metí en mi mochila.

Por la tarde nos juntamos como siempre en la hamburguesería Krakel y allí, con unas coca colas rezumando, nos pusimos a ver el cuaderno de notas. La primera impresión fue de sorpresa. La sorpresa eran los signos o símbolos que la profe había dibujado con su lápiz. Todas las páginas de los listados e incluso las de apuntes varios, estaban llenas de trazos y signos o símbolos extraños. Algo así como si la profe supiera etrusco o jeroglíficos de un egipcio antiquísimo o babilonio o vaya usted a saber. A Deuterina se le ocurrió decir que podían ser ideogramas cripto-fenicios o cripto chinos. Bueno, cualquier idea al respecto tenía que ser fantasiosa por necesidad. Lo curioso era que las notas que correspondían a cada uno coincidían plenamente con lo que ya sabíamos más o menos, pero lo que realmente nos interesaba era saber qué narices escribía sobre nosotros con aquel lápiz del 2. Ese era el motivo del robo, perdón sustracción temporal, del cuaderno. Pero ahora estábamos más
confusos que nunca. ¿Qué significaba todo aquello que definitivamente era sobre NOSOTROS? Con nuestros móviles sacamos fotos y nos pusimos a cavilar. Jamás podríamos saber qué turbios sentimientos o juicios o calificaciones sobre nuestras personas vivas y bulliciosas, nuestra profe albergaba. Todo un misterio. Miré a mí nombre y vi una serie de símbolos nada halagüeños. Parecían rostros demoníacos o cuerpos deformes o quizás fuese otra cosa más benigna o incluso buena, pero la duda era tremenda e insoportable. ¿Quién era yo en esa maldita y endemoniada representación? Lo lógico sería no hacer caso y pasar del tema y devolver el cuaderno de la manera más disimulada posible, pero el daño ya estaba hecho. Lo mismo les estaba ocurriendo a los otros. En lugar de los guay del Paraguay que nos creíamos con muchas cosas, ahora sentíamos miedo, cierto temor ante lo que no dejaba de ser una estupidez o una locura de nuestra profe. ¿Quién demonios era esa profe para juzgarnos de un modo tan críptico como particularmente misterioso? ¿Quién se creía que era para representarnos de esa manera? ¿Era aquel un código suyo, inventado por ella o quizás correspondía a cualquier codificación secreta de alguna secta o masonería? Y si eso era así ¿qué consecuencias podría tener para nosotros en un futuro si tales signos o símbolos tuvieran una traducción instantánea en cualquier red siniestra y poderosa del mundo mundial?

Salimos de la hamburguesería con la duda, con muchas dudas. Nunca tuvimos que haber cogido aquel cuaderno. En este caso la ignorancia hubiese sido nuestra mayor seguridad. Vaya usted a saber con qué historias se relacionaría nuestra profe en ese mundo y submundo de las redes sociales abiertas y clandestinas, aunque quizás simplemente fuese todo producto de su rara y neurótica imaginación. Pero sorprendentemente la duda nos corroía. Increíble que la duda nos corroyese de tal manera.
Al día siguiente y antes de que la profe entrara en clase, Juan Córmuto colocó el cuaderno sobre la mesa. Cuando la profe se fijó en el cuaderno dio un fuerte suspiro. “Creí que lo había perdido? ¿Dónde estaba?” Le dijimos que lo encontramos bajo su mesa al entrar en clase y no dijo nada más. Luego se puso a enseñar como siempre pero ahora todo lo que enseñaba estaba rodeado de misterio: había un halo de sabiduría enigmática que nos inducía a concentrarnos en profundidad. Quizás estábamos en la antesala o umbral de un conocimiento clave de cosas inescrutables.

jueves, 17 de mayo de 2018

SEARCHING FOR

Estoy bebiendo en la fuente cuando veo que los caballos se desbocaban. Todo parecía tranquilo. Quizás una serpiente ha picado a una yegua. Quizás alguien ha disparado. Hay nubes grises en el horizonte. El agua está fresca. El día está siendo largo. Creo que estoy perdido. No es el mejor sitio para estar perdido. Hace mucho tiempo que estoy en un paisaje sin anclaje. Un paisaje de ninguna parte. Sin más camino que mi soledad y desesperación. ¿Adónde irían los caballos? ¿Cubrirán las nubes grises este valle de silencio? Seguro que si sigo este sendero llegaré a algún poblado. Y si sigo hacia el sur podría encontrar un campamento indio. O nada. O el desierto. O la noche fría sin abrigo.

Uncle Walkie has arrived!! All the children started  shouting when they saw uncle Walkie. Uncle, where have you been? Uncle Walkie, you look very tired. All the women came laughing and happy of having me there. Everybody was expecting uncle Walkie. Me. The men will arrive soon from the prairies, the forests and the mountains. What a beutiful village. What a warming bonefire. I loved
everybody. It was sundown. The threshold between day and night. I loved everybody that day. I felt deep compasion for everybody. And for myself. 

Cuanto más adientro de tí mesmu quies metete, más perdíu te vas alcontrar. Enxamás algames un sitiu que puedas dicir: esti soy yo. Un yo como si fuere un diamante. O un cristal irrompible y inmutable. Tolo contrario, lo que faes ye metete dientro de territorios que primero te son conocíos, pero que llueu puen empezar a resultate desconocíos, foriatos. Podríes entamar a ver les coses dende diferentes sitios, diferentes gueyos, diferentes ángulos. Por dientro como por fuera. El mundu ta dientro y ta fuera. Lo propio. Lo familiar. La confianza. L'amor. Lo desconocío, La desconfianza. El mieu o alborrecimientu. ¿Quién soi yo? ¿Qué ye'l mundu? Ye too una aventura, un viaxe, una esploración por paisaxes diferentes; a vegades absolutamente desconocíos y estremaos.

I found the foundations of my experience. Lucky you are. Well, I meant: I thought I found the foundations of my experience. That's much better. However, I'd rather say: I thought (that) I thought I found the foundations of my existence. I reckon you're right. Who can ever reach the foundation of one's life? The threshold between existence and non existence is always a (n) spectrum. Jesus! You'd better have faith. There's faith after all. There's no other chance than faith for the sake of faith.

martes, 20 de febrero de 2018

LA VIDA POR LA VIDA

Cansado. Fatiga. Agotamiento. Debilitamiento. El cuerpo se consume. Apatía. Inapetencia. Impotencia. Desfallecimiento. La tierra se abre e invita al cuerpo al descanso eterno. El cuerpo se arrastra poco a poco. Aún se agarra a la vida, a las hierbas, a los matojos, a las raíces; a las piedras. Parece un final lógico. El final que aguarda a todo el mundo. La muerte inexorable. ¿Puede haber un
milagro? Todo es posible con la escritura. Todo es posible en cualquier narrativa. Podemos salvarle la vida o podemos eliminarlo. Podemos ir levantándolo poco a poco.
Recuperar su cuerpo lentamente. Sentarlo encima una roca plana y hacerle mirar hacia las montañas. Hemos de darle una razón para que quiera seguir existiendo. ¿Una nueva fe? ¿Un nuevo amor? ¿Vivir por amor a la vida en sí y sin otra expectativa más que vivir? La vida en sí. Abrazarse a la vida en sí y respirar a fondo. Lo único existente, palpable. La sangre comienza a circular. El placer de vivir por vivir. La vida por la vida. Nunca había pensado en tal idea. Una idea más. Una idea que pasa a ser carne y hueso. Tierra fresca. Océano. Turbulencias. Cada instante de vida es un instante de eternidad.
Hemos podido resucitarle. 
Es un cuerpo que vuelve a caminar
Que vuelve a cobrar energía
Recuperar fuerzas
Empatía, simpatía, apetencia, potencia
El cuerpo sigue erguido y mira hacia el frente.
La vida por la vida.