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lunes, 3 de julio de 2023

MY ENCOUNTER WITH THE MULTIFUNCTIONAL KNIFE SAILSMAN

 When I was working part-time at Sears in Dallas, I remember one salesman who occupied a small section near the hardware department. He sold some kind of multifunctional knife special for peeling potatoes, apples, cucumbers, or scraping off carrots, raddish or beetroots. He used a small microphone attached to his collar, and when he started his demostration, people gathered around his stand to listen to his charming voice and easy-going peeling, at the same time he cut those vegetables in thin slides ready to fry or cook. He was very good at his job, as he was able to persuade his audience of the marvelous and almost miraculous knife. At the end of one of those sessions he sold knives by the dozens. He was about forty years old, and when he took his coffee break he went to the lounge room where most Sears's stuff had their coffee or ate their brief lunch.


We sometimes coincided in our coffee break and exchange casual conversation. He was curious about my being a foreigner and still young and probably a little naif about life. Talking about American life and my ideas for the future, he somehow realized I didn't know the American way of doing things, and the lack of realism I betrayed with my optimism with people and life in general. Too much idealism, he thought. And he gave me a strong lesson of pragmatism and grass-roots psychology based on his own experience in life as a man of many trades. People wasn't what I thought they were, people's main interests were almost always grounded in accomodation and survival. Smart people had to know that basic truth in order to succed in whatever endevour

they try to achieve in life. Having the wrong ideas about human motivation could be the path to endless frustration.

In successive coffee breaks he told me about his many experiences around the United States and his way of planning his working hours to have the most free time possible so he could spend his life in what he liked most: art, sports, hitting the bars at night and traveling. He told me his present job was something he enjoyed and it only "robbed" him six hours a day instead of eight or ten, as most people did. It allowed him to travel to different states and get to know new people and new opportunities too.

He really was a nice person. For being still young he already had accumulated quite a lot of sound wisdom and pragmatism. He did what he could to show me my life could be different if I started seen things with more down to earth realism, instead of wasting my energies thinking about changing a world beyond my scope and reach; or having the wrong ideas of people's main motivations in life.


I don't remember his name. It's been a long time since those conversations took place, but I can certainly be sure he somehow changed my perception of life from then on. I can even say he was one of the wisest persons I've ever met in my life.

miércoles, 4 de enero de 2023

HISTORIA DE POLÍTICA

 El hombre entra en La Colonia y toda ella rebosaba de niños jugando por todos los patios. Era un hombre extraño y de edad indefinida. Se veía que tenía un mensaje extraordinario que dar al mundo. Su voz era metálica, como la de un robot o un tombolero ya agotado...Se detiene en uno de los patios y:

"Plaf, plaf!! (dando palmadas). A ver, muchachos, dejad de jugar al aro, a la pelota, al escondite, a la guerra, al pañuelo, al El hinque, al robaterrenos, y todos esos juegos que jugáis todos los días sin parar..."

(Los chavales se paran)

"Os voy a hacer una pregunta y si sabéis contestarla os doy esta chocolatina..." (Los niños rodean a ese hombre tan extraño y que viste una especie de sotana de cura color verde...)

"La pregunta es ¿QUÉ ES LA POLÍTICA?"

Entonces un chico con expresión avispada y ojos vivaces, levantó la mano y respondió:

"Política es algo que cuando hablas de ello te hace enfadarte o cabrearte. Mis tíos cuando hablan de política se acaban enfadando, a veces parece que se van a pegar."

Luego una niña intervino con voz muy aguda y chillona:

"Mi mamá dijo a mi papá un día que no hablara de política en el trabajo, pues siempre había señores malos que le podían pegar o regañar por hablar de eso, de política".

Otro chiquillo con gafas y algo tímido levantó la mano y dijo:


"Política es algo de los que mandan. Los políticos salen en los periódicos y pueden mandarte a la cárcel si no les haces caso. Lo oí en la radio un día."

Y otra niña algo sabionda y de más edad que el resto dijo:

"Política es una cosa complicada, pues cuando oigo hablar a mi padre de política con mi abuelo, no entiendo nada."

El hombre de la túnica o sotana verde, se les quedó mirando. Su mano derecha seguía alzando la chocolatina envuelta con papel de plata y una faja impresa de colorines...

La Colonia estaba viva. Muy viva de niños, de ajetreo de amas de casa cocinando, lavando, cantando, yendo a la compra con sus bolsas de redes...

Entonces el hombre de la sotana verde con la chocolatina alzada en su mano derecha levantó la voz y dijo:

"Niños y niñas de La Colonia. Habéis respondido con sencillez y claridad a lo que en sí es una pregunta difícil. (¡Ahí va! ¡Qué bien habla este señor! dijo una niña). Ahora os voy a contar un breve cuento para que sepáis qué es la política.

"Había una colonia como la vuestra en un territorio muy lejano, muy remoto, donde vivían familias alegres, con padres y madres y niños como vosotros. Era una colonia donde había problemas de vez en cuando y la gente a veces discutía, y los niños a veces también se insultaban y peleaban; pero había una diferencia con el mundo de vuestros padres y en el que también vosotros vivís. Allí cuando había problemas acudían a la asamblea de ancianos, que eran los hombres y mujeres dotados de mucha experiencia y sabiduría. Entonces, estas nobles personas se reunían, y después de sesudas deliberaciones, llegaban a una solución. Anunciaban la solución o resolución por medio de un mural que colocaban a la entrada de la colonia, la colonia remota en el tiempo, y allí la gente leía las proclamas y todos las aceptaban como norma o ley. O sea, normas como tenéis en los colegios, etc.

Aquella asamblea de ancianos y sabios, que eran los viejos de la colonia, eran suficientes para vivir alegres, en paz y tranquilos. Todo el mundo confiaba en ellos. Nadie discutía con ellos, ni tan siquiera se les pasaba por la cabeza rebelarse contra los ancianos. Ellos eran la voz sensata y definitiva ante los problemas de la colonia."

"Pero hete aquí, que un día una mujer que vestía de hombre, o un hombre que vestía de mujer o nadie sabía si era hombre o mujer o un bicho venido de otros mundos u otros territorios lejanos, pues se fue a vivir a esa colonia. Tras ello o ella o él, vinieron otros personajes parecidos y también empezaron a vivir en la misma colonia. Y así fue que un día uno de ellos rompió un cristal, otro dejó de contribuir a la vida común de la colonia, y fueron surgiendo problemas. Dichos problemas se llevaron a la asamblea o consejo de ancianos y se tomaron las debidas resoluciones o soluciones. Pero hete aquí que a la hora de resarcir a la colonia con la compensación justa y adecuada que habían decidido los ancianos, estos personajes comenzaron a protestar y a alzar la voz y a burlarse y negarse a resarcir a la comunidad debidamente. Consideraron que aquello no era justo, que estaban siendo discriminados y oprimidos sin sentido, que quiénes eran esos vejetes medio chochos para gobernarlos, y cosas agrias y feas era lo que decían con mucho odio en sus rostros; odio como nunca se había visto en aquella colonia, ni en muchas otras colonias a la redonda en aquellos remotos tiempos."

"Entonces se rebelaron y decidieron que la justicia era otra, que del lugar de dónde ellos venían la justicia era otra, y decidieron formar un gobierno aparte dentro de la colonia. Entonces trajeron un robot con muchas luces que se encendían y se apagaban por la cabeza cuadrada y el pecho y le hicieron preguntas sobre si era justo contribuir a la comunidad por haberse equivocado con buena fe, si por romper un cristal sin saberlo era correcto "castigarlos" tan cruelmente con un trabajo común de la colonia, etc. Colocaban el robot entonces en una plataforma redonda metálica y se ponía a girar en redondo apuntando con una varilla metálica que sujetaba con la mano derecha hasta que paraba y


entonces de una cajita de las muchas que había en la plataforma en su perímetro, sacaban el primer papel que salía. Y allí estaba escrita la ley a seguir, que en estos casos fue a favor de los personajes: "Es una injusticia--decía el papel--que sin intención alguna y siempre con la mejor voluntad de mis clientes, se les haga pagar por algo tan injusto como estos hechos. Es por lo cual que declaro a mis clientes inocentes, y además exijo que se les compense con dinero en metálico de 400 táleros, por los daños causados." Leído lo cual a la asamblea de ancianos estos personajes comenzaron a actuar como les viniera en gana. Pero lo peor de todo fue que comenzaron a ganar a otros vecinos de la colonia (la colonia remota y lejana) a su causa y sus leyes-robot y a partir de entonces todo comenzó a gobernarse por la Política, pues el robot que utilizaban para gobernarse se llamaba POLÍTICA. Y ese robot se fue haciendo tan grande y tan fuerte que hoy día gobierna a todo el mundo y nos hace enfadarnos y cabrearnos y confundirnos. Dicen que POLÍTICA se ha convertido en un dios o diosa al cual todos parecen adorarlo sin darse cuenta y sin ver que POLÍTICA no tenía ni tan siquiera haber existido."

Entonces el hombre de la sotana verde dio la chocolatina al primer niño que tenía cerca, pero luego de su bolso fue sacando más y más chocolatinas que cubrió el cupo de todos los niños allí presentes. Al momento, dio media vuelta y salió de La Colonia así como llegó. Un padre se acercó a los niños y les preguntó: "¿Quién era ese hombre tan raro? ¿Qué os preguntó? ¿Qué quería? ¿Os hizo daño?" El niño de expresión avispada que había hecho la primer pregunta le respondió: "Tan solo nos explicó la historia de POLÍTICA, y nos ha dejado un poco tristes."