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martes, 24 de agosto de 2010

LA TRAGEDIA DE RIBADELAGO


Salía de ver Origenes, la película de Leonardo Di Caprio y me tropecé con un letrero de una pizzería que decía: capacidad 144 personas. Y las 144 personas me remitieron inmediatamente a las 144 personas que habían perdido la vida en el pueblecito zamorano de Sanabria llamado Ribadelago en enero de 1959. En efecto 144 personas habían perdido la vida cuando 8hm cúbicos de agua salieron en tromba al romperse el pantano de Vega del Tera hacia las doce de la noche de aquel duro invierno de lluvia y nieve, y entonces, después de recorrer 8 kilómetros arrastrando y arrancando rocas y árboles, el agua rabiada arrancaba también las casas de medio pueblo con sus habitantes dentro, algunos durmiendo: todos: niños, ancianos, parejas jóvenes. 144 personas de 500 habitantes que tenía el pueblo fueron arrebatadas por el agua y solo 24 cadáveres pudieron ser rescatados. Los demás desparecieron para siempre bajo las aguas y el lodo. Yacen bajo los terrenos bajo el pueblo o en el fondo de la laguna de Sanabria que forma el mencionado río Tera y que gracias a que contubo el agua creciendo peligrosamente unos tres metros, la tragedia no alcanzó varios pueblos más río abajo.


Esta tragedia me vino a la memoria cuando estábamos cenando en Puebla de Sanabria en un restaurante que tenía recortes de periódicos antiguos plastificados en las paredes y uno de ellos hablaba de Ribadelago y aquella tragedia en titulares. Me vino a la mente aquel año enero del 59 cuando vivía en Madrid y todo el mundo hablaba de Ribadelago y Ribadelago se convertía en un símbolo de horror en la mente de aquel niño que se imaginaba la tragedia como un pueblo bajo un enrome pantano a unos metros. Pero no había sido así.

Al día siguiente Ana y yo fuimos a Ribadelago 51 años después de la catástrofe y el encuentro con la vieja parte del pueblo me conmocionó. Me conmocionó también ver el monumento a los muertos y sus nombres allí esculpidos en una placa. Me dio una enrome pena de aquella pobre gente y recordaba aquellos años y las conversaciones de mis padres sobre Ribadelago y cómo el régimen de Franco había construido un pantano con malos materiales y un pueblo debajo sin seguridad o protección alguna. Ana no sabía nada de aquella tragedia y mi hermano Ramón a quien mandé un mensaje recordándoselo tampoco. Ribadelago estaba olvidado. Casi.

El río Tera parece un río manso tirando más bien arroyo. Es un río que cruza el ahora Ribadelago Viejo y si se sigue un poco se averigua que viene bajando por montañas de roca viva y zonas de bosque. A 8 kilómetros sigue la presa de Vega del Tera con agua residual y tal como quedó después de la catástrofe. La noche en que se rompió la presa llovía mucho y hacía un viento fuerte. El pantano se llenó y en un momento dado rompió rodando la tromba de agua mortífera 8 kilómetros por los cañones que forma el río en aquella noche terrible y metiendo un ruido que hacía temblar la tierra a su alrededor. Tardó 20 minutos en alcanzar el pueblo.

La comarca de Sanabria es un sitio precioso que merece una visita. Hoy día desde Ribadelago se pueden hacer rutas a diferentes lagunas y embalses de montaña.

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