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viernes, 30 de mayo de 2014

EL REVERENDO CALVIN HERVEAX. LA CAIDA

Cuando llegué a la vieja casa de Biesmar, llamé a la puerta y allí estaba el
Reverendo Calvin Hervaux recibiéndome. Hacía tiempo que había perdido contacto con el viejo reverendo; pero yo le seguía respetando y necesitando. Nadie como él para aventurarse en los inagotables significados de la Biblia. Nadie como él para adentrase sin miedo en los insondables barrancos, precipicios, cumbres, valles profundos, cielos e infiernos del alma humana. Su mujer nos preparó unos cafés con bizcocho y pronto pudimos enfrascarnos en aventuradas especulaciones. El pastor Hervaux se iba transformando a medida que su especulación profundizaba en lo insondable. Yo empezaba a vivir la Biblia como una puerta a latitudes inconmensurables....Y comenzó:
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"El protestantismo hace bien en situar al hombre en la esencia misma del pecado debido a su caída del Edén promovida por su desobediencia al mismo D-ós. Pero una desobediencia que haya podido desafiar al mismo Todopoderoso es en sí la esencia misma del Mal, del Sacrilegio, de la Blasfemia; una Monstruosidad sin límites. Una criatura que confronta al mismo D-ós con su desobediencia nunca podrá pagar lo inconmensurable por su pecado. ¿Qué impulso guió a esta criatura para atreverse a tal Maldición Suprema? ¿Cómo pudo concebirse en el hombre tal Horror?
"Imposible que algo tan blasfemo y sacrílego haya podido salir de una criatura creada por el mismo Todopoderoso. Jamás Adonai pudo haber creado una criatura con esa potencia hacia el Mal Absoluto, pero la Torá nos dice que así fue: "Entonces Jehová dios dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Y dijo la mujer: la serpiente me engañó, y comí" (Gn 3:13). ¿La serpiente? ¿Qué hacía ahí la serpiente? Alguien o algo más llevaba la semilla del mal consigo y pudo entrar en el mismo Jardín del Edén para expandir sus efectos. ¿En el mismo territorio de D-ós reservado para sus criaturas? ¿Cómo fue esto posible? ¿De dónde procede el Mal? ¿Cómo puede tener esa capacidad de desafiar al mismo Adonai? Esto nos sobrecoge.
Todo esto es terrible. Espantoso. Cuando uno se da cuenta de la magnitud de los hechos del Edén no puede más que temer el poder del Mal que sobrepasa todo entendimiento y hasta nos hace blasfemar a nosotros mismos del Todopoderoso por haber permitido tal protagonismo del Mal, de la Serpiente (perdón Señor por este atrevimiento). Las teologías frivolizan con estas leyendas tan antiguas. Las religiones han domesticado este horror cósmico y cataclísmico que inaugura la Historia. Lo han hecho doctrina, dogma, leyenda, simbolismo, mito; en otras palabras: lo han alejado de su misma esencia maligna; lo han hecho literatura; arte; Milton, Blake ...
Pero hay que retornar de nuevo al Edén y ver qué es lo que allí sucedió de veras siguiendo las palabras, las frases, las oraciones. Y descubrimos el Horror de la desobediencia más Blasfema y Sacrílega. Comienza la Historia.
"Pero nos queda la incógnita de la Serpiente. Sigamos el Hilo Cósmico de la Serpiente. Su procedencia. ¿Otra criatura de D-ós? ¿Leviatán? ¿Una sombra del mismo Todopoderoso? ¿Un horror contenido en las mismas entrañas de la Divinidad? (Adonai me perdone por llegar a pensar estas blasfemias) ¿Qué ES y habita en las mismas entrañas de la Divinidad?

¿Por qué era necesaria la Historia?"
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No acabó ahí la especulación. Por un momento quedamos en silencio, pero el Reverendo siguió y todo lo que decía era fascinante.... (continua en los comentarios de abajo).

lunes, 26 de mayo de 2014

DICEN QUE ALGUIEN X HA LLEGADO A TIERRA DE TODOS

DICEN QUE ALGUIEN X HA LLEGADO A TIERRA DE TODOS

Dicen que Alguien X ha llegado a Tierra de Todos
Pero es una tierra muy lejana, a la que no se llega en coche, tampoco en tren, ni en avión
Tampoco es cuestión de "colocarse" con la mierda de ocasión. Wrong way.
Me temo que tiene algo que ver con intensas sensaciones
Que Alguien X ha decidido obedecer hasta el final
Dicen unos pocos --y en silencio-- que la tierra de todos existe, pero está más allá de toda normal disposición
Alguien X ansiaba; ansiaba llegar aún después de atravesar el bosque de las mil confusiones con sus aves de colores y sus miedos y terrores
O el desierto Antadis de la arena infinita, sin rastro ni rostro que seguir.
O las 100 ciudades de Khantar con sus retorcidas calles y las noches de extravío iluminadas por las tenues luces de un mundo que se apaga.
Ansiaba, ansiaba llegar más allá de todo lo que ciega y confunde.
Romper con los límites de las costumbres y las leyes y los espejismos, para llegar a su centro, a su corazón, a su esencia.
--Ha de haber algún punto de encuentro común a esta maltrecha humanidad o si no todos acabaremos en el reino del infierno--pensaba él en su soledad.
--Y si todo gira desde ese punto y lo podemos divisar
Entonces he ahí la claridad de un orden inmortal
He ahí la tierra de todos.
 

viernes, 9 de mayo de 2014

UN GATO LLAMADO PACO

Hubo un gato que se llamó Paco. Llegó un día de los años 80 a nuestro apartamento de Harlingen, cuando vivíamos en el Rio Grande Valley al Sur de Texas ya cerca de la frontera con México. Paco llegó malherido, con el cuello atravesado por un alambre o bramante y el rabo completamente deshilachado; como si hubieran intentado torturarle,
ahogarle o deshacerse de él de cualquier modo horroroso. La primera vez que abrimos la puerta y le vimos salió como asustado y se escondió tras unos setos que rodeaban la piscina. Quedamos un poco sorprendidos Robbie y yo al ver aquel gato tan dañado. Nos parecía un gato de raza, no me digan cual, por su pelo tan elegante, por sus facciones. Parecía haber sido un gato que había vivido bien hasta entonces. Quizás luego se escapó y comenzó a vivir una vida de alto riesgo; o quizás los mismos dueños se quisieron deshacer de él. Nunca lo podremos saber.

Al segundo día Paco se quedó allí al lado nuestro cuando abrimos la puerta por la mañana temprano. Nos dio mucha pena de él. Aquella mirada era la de un animal que estaba pidiendo compasión y dignidad al mismo tiempo. La mirada de Paco era una mirada directa, inteligente; era un gato que a pesar de su estado intentaba dar una imagen de cierta altivez. El caso es que lo dejamos pasar a casa, y pronto nos dimos cuenta que sus heridas eran serias, así que aquella misma tarde lo llevamos al veterinario. Le cosieron el cuello, le tuvieron que cortar el rabo y después de unas dosis de antibióticos Paco ya estaba como un rey. De hecho pasó a ser el rey de la casa. Era un gato muy despierto, siempre atento a lo que sus amos hacían; siempre dispuesto a acompañarnos como si fuera un perro. Paco no era gato de estar en casa; cuando quería salir avisaba y se pasaba horas fuera; cuando llegaba el momento llamaba a la puerta o se subía a una ventana y rascaba la pantalla mosquitera. Solía dormir en casa y a veces lo hacía al pie de la cama. Por la mañana era normal que se arrimara a mi cara medio dormida y me mirara con aquellos ojazos como diciendo: “Qué, compadre; ya es hora de levantarse.” Me tocaba la cara con la pata y luego se dejaba acariciar con gusto y agradecimiento. Entre él y yo había verdadera empatía. Nos habíamos llegado a entender.
Cuando llegaba del trabajo después de enseñar en el Santa Rosa High School Paco estaba allí para subirse rápidamente a mis rodillas sentados en el sofá y los dos escuchar algo de música. Por la noche cuando iba a dar un paseo solitario por los alrededores de los apartamentos y cerca del Hospital General de Valle del Río Grande, Paco venía conmigo como si fuera mi amigo. Siempre recuerdo esa su mirada despierta, esa disposición a ser cómplice de nuestra vida con expresiones de contento, de cariño; pero al mismo tiempo la mirada clara, inteligente; una mirada que expresaba dignidad felina. Paco era una criatura que daba más vida a nuestra vida. Un gato que nos había enseñado ese lado de feliz inocencia animal que los humanos parece que hemos perdido o quizás nunca tuvimos. Cuando llegábamos a casa ya esperábamos a Paco en algún momento, como si fuera un crío en la familia.
Pero todo llega a su fin. Decidimos entonces ir a trabajar a un colegio bilingüe de Madrid y Robbie y yo dejamos de trabajar para el Santa Rosa Independent School District aquel verano. Robbie se había adelantado a hacer un curso en Madrid de español patrocinado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y yo quedé con Paco una semana más en el apartamento haciendo los planes de traslado. Fue una de las semanas más tristes de mi vida. Paco intuía que algo había dejado de ser lo mismo. Que algo estaba pasando que acabaría con esa vida tan hermosa para él. Yo le tenía que llevar a Houston a casa de mis suegros en Pasadena. Paco se quedaría allí con ellos. Pero cuando llegó el momento de darle la pastilla que lo atontara y meterlo en el coche y conducir hasta Houston sentía que mi alma se llenaba de tristeza. Fue un
viaje triste, muy triste. No acababa de comprender por qué un gato había sido capaz de ganarse mis afectos más profundos; pero Paco lo había hecho y ahora estaba allí con los ojos medio cerrados esperando un abandono seguro que para él sería otra nueva vida llena de aventuras gatunas.
Me enteré unos dos años después cuando un día pregunté por él desde Washington a mi suegra por teléfono que qué tal Paco; ella me respondió con tristeza. A Paco lo había atropellado un coche en la misma calle donde vivían y por el acento de su voz comprendí que nuestro gato también había ganado sus corazones. A veces la vida nos hace ver esos momentos de profunda nobleza y amor que pueden sellar una amistad inocente, de mirada sencilla a las cosas. Paco fue un regalo que nos llegó de la forma más inesperada y se había ido también de la manera menos esperada. Sirva esta sencilla historia de homenaje a Paco, el gato que un día llamó a nuestra puerta.