Cuando llegué a la vieja casa de Biesmar, llamé a la puerta y allí estaba el
Reverendo Calvin Hervaux recibiéndome. Hacía tiempo que había perdido contacto con el viejo reverendo; pero yo le seguía respetando y necesitando. Nadie como él para aventurarse en los inagotables significados de la Biblia. Nadie como él para adentrase sin miedo en los insondables barrancos, precipicios, cumbres, valles profundos, cielos e infiernos del alma humana. Su mujer nos preparó unos cafés con bizcocho y pronto pudimos enfrascarnos en aventuradas especulaciones. El pastor Hervaux se iba transformando a medida que su especulación profundizaba en lo insondable. Yo empezaba a vivir la Biblia como una puerta a latitudes inconmensurables....Y comenzó:
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"El protestantismo hace bien en situar al hombre en la esencia misma del pecado debido a su caída del Edén promovida por su desobediencia al mismo D-ós. Pero una desobediencia que haya podido desafiar al mismo Todopoderoso es en sí la esencia misma del Mal, del Sacrilegio, de la Blasfemia; una Monstruosidad sin límites. Una criatura que confronta al mismo D-ós con su desobediencia nunca podrá pagar lo inconmensurable por su pecado. ¿Qué impulso guió a esta criatura para atreverse a tal Maldición Suprema? ¿Cómo pudo concebirse en el hombre tal Horror?
"Imposible que algo tan blasfemo y sacrílego haya podido salir de una criatura creada por el mismo Todopoderoso. Jamás Adonai pudo haber creado una criatura con esa potencia hacia el Mal Absoluto, pero la Torá nos dice que así fue: "Entonces Jehová dios dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Y dijo la mujer: la serpiente me engañó, y comí" (Gn 3:13). ¿La serpiente? ¿Qué hacía ahí la serpiente? Alguien o algo más llevaba la semilla del mal consigo y pudo entrar en el mismo Jardín del Edén para expandir sus efectos. ¿En el mismo territorio de D-ós reservado para sus criaturas? ¿Cómo fue esto posible? ¿De dónde procede el Mal? ¿Cómo puede tener esa capacidad de desafiar al mismo Adonai? Esto nos sobrecoge.
Todo esto es terrible. Espantoso. Cuando uno se da cuenta de la magnitud de los hechos del Edén no puede más que temer el poder del Mal que sobrepasa todo entendimiento y hasta nos hace blasfemar a nosotros mismos del Todopoderoso por haber permitido tal protagonismo del Mal, de la Serpiente (perdón Señor por este atrevimiento). Las teologías frivolizan con estas leyendas tan antiguas. Las religiones han domesticado este horror cósmico y cataclísmico que inaugura la Historia. Lo han hecho doctrina, dogma, leyenda, simbolismo, mito; en otras palabras: lo han alejado de su misma esencia maligna; lo han hecho literatura; arte; Milton, Blake ...
Pero hay que retornar de nuevo al Edén y ver qué es lo que allí sucedió de veras siguiendo las palabras, las frases, las oraciones. Y descubrimos el Horror de la desobediencia más Blasfema y Sacrílega. Comienza la Historia.
"Pero nos queda la incógnita de la Serpiente. Sigamos el Hilo Cósmico de la Serpiente. Su procedencia. ¿Otra criatura de D-ós? ¿Leviatán? ¿Una sombra del mismo Todopoderoso? ¿Un horror contenido en las mismas entrañas de la Divinidad? (Adonai me perdone por llegar a pensar estas blasfemias) ¿Qué ES y habita en las mismas entrañas de la Divinidad?
¿Por qué era necesaria la Historia?"
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No acabó ahí la especulación. Por un momento quedamos en silencio, pero el Reverendo siguió y todo lo que decía era fascinante.... (continua en los comentarios de abajo).
EL REVERENDO CALVIN HERVEAX II (REDENCIÓN)
ResponderEliminarVolví otro día a la casa de Biesmar. Era primavera y llovía sin parar. Además hacía fresco, casi frío para estar adentrado en el mes de mayo. La finca de Biesmar destacaba sobre una pequeña cota de suave colina. La casa estaba rodeada toda ella de árboles. A mi aquella casa me parecía un refugio especial que en ocasiones me protegía de las inclemencias del mundo. El Reverendo Calvin Hervaux siempre me recibía con interés y sincera amistad. Al momento la Sra. Herveax ya tenía preparado algo: café, te´, un buen vaso de vino, bizcocho, etc. Hoy el pastor comenzó el tema de la Redención. Quería hablar sobre la Redención ....
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"Si el mal mina y fractura hasta la misma esencia de la Divinidad, entonces estamos perdidos en este universo. No hay nada ni nadie que nos pueda salvar. Pues si por un lado poseemos la consciencia de una inocencia infinita, un reino de justicia y nobleza; un retorno a las intensidades más creativas de paraísos insólitos, una nostalgia inmensa por el Edén, pero ahora visualizando un Edén cósmico preñado de aventuras inesperadas; de juegos entre árboles, sombras y resplandores. Y allá en el horizonte, siempre a la vista, la Jerusalén Celestial que alberga los inexplicables secretos de la Creación, de lo Existente en todas sus infinitas dimensiones. Conciencia sobre conciencia y comprendidas todas ellas dentro de otras conciencias más y más abarcadoras. ¿Lo puedes visualizar? ¿Lo puedes ver? Es increíble que podamos percibir tanta alegría y tanto potencial espiritual y que nadie nos lo pueda arrebatar por mucho que el sufrimiento nos degrade, nos desprecie, nos pise, nos reduzca a la apatía más fría y gélida posible. Por mucho que el mal nos reduzca a la confusión más abyecta, más alocada; más delirante. He ahí la Jerusalén Celestial en el horizonte. ¿La puedes ver? Todo creyente la puede ver.
Pero por otro lado he ahí la desesperación de ser conscientes del abismo que irrumpe y nos parte, y nos divide y nos hace ver las oscuridades, los fríos cósmicos, las violencias infernales dentro de las esferas, los mundos, las estrellas. La supervivencia de la vida orgánica en medio de ambientes hostiles, luchas a muerte entre sí; fiebres mortales, lodos que aprisionan por siglos; presiones inauditas de roca y lava cristalizada; profundidades de océanos en tinieblas. Espacios que se curvan, increíbles laberintos de dimensiones que se cruzan y se interpenetran y que sólo la mente superior de Adonai logra descifrar porque sólo Él puede descifrarlo a pesar de la Gran Catástrofe, del Gran Cataclismo acontecido en sus entrañas divinas--D-ós nos perdone por habernos atrevido a llegar a esta descripción---He ahí el Mal, el rastro de la serpiente del Edén. Eterna fisura, eterna separación entre dos visiones, dos realidades, dos potencias. Trágica existencia la del ser humano. La tragedia del Edén." (Tomó un sorbo de café y miró por la ventana. Seguía lloviendo).
Luego siguió. Yo estaba absorto. Jamás había podido imaginar que la Biblia podía ser penetrada de esa manera hasta destilar los más increíbles secretos cósmicos....
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""La misma Divinidad ansiaba salvación, el Todopoderoso necesitaba unir lo escindido. Un ansia de acoplamiento, de cópula, de fusión, de abrazo, de unión, de estrechamiento; de encaje; invadía la misma creación. De ahí la nostalgia infinita, la esperanza sin límites; el amor anhelante, la voluntad que no se doblega; la visión de la inocencia y nobleza que jamás desaparece. ¡He ahí la esperanza de Redención! El mismo D-ós necesita de tal Redención. Muchos cristianos han creído que aquel Jesús ya era Dios Perfecto, ya era Triunfante antes de sufrir la Gran Prueba de la Cruz. Que ya era parte de un Plan realizado en la Eternidad. ¡Qué estupidez! ¡Qué absurda parodia! ¡Qué desacato y sacrilegio al inmenso sacrificio de la Cruz!
El sacrificio de la Cruz fue el REAL E INTENSO E INFINITO SUFRIMIENTO de D-ós mismo en forma humana, en forma carnal, biológica, carne y sangre. D-ós mismo jugándoselo todo contra el poder del Mal que carcomía su propio Ser. La Redención cobraba forma de sufrimiento infinito, de angustia delirante PUES EN ELLO IBA SU PROPIA salvación y la de su creación. De fallar el experimento, la lucha en su más absoluta desesperación; entonces el Mal lograría su propósito. En una palabra ¡D-ÓS PODÍA PERDER LA PARTIDA! Escalofriante posibilidad que el T-do-oderoso, Adonai pudiera perder la partida al Mal, a la Serpiente, a la infinita e inabarcable escisión, alienación, fractura, separación, en su mismo S-r .
La Cruz, las torturas, los latigazos que rasgan hasta los huesos, los clavos que agrietan y desmayan de dolor; los cambios de temperatura de un cuerpo apaleado y colgante en su más absoluta desnudez: frío, calor y frío; sudor; la pérdida absoluta de toda esperanza, de toda supervivencia, de toda visión; he ahí la angustia suprema: 'Eli, Eli, lama sabactani'. Luego fue la pérdida de conciencia, las tinieblas de la MUERTE, la NADA "
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Sentí que el Reverendo había llegado a una situación de intensa concentración. Cerraba los ojos. Después de unos segundos los abrió.....
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Aquella mañana, el Reverendo Hervaux, decidió dejar el discurso con ese final tan desesperante como dramático. Me dijo que no dejara de asistir al culto de su iglesia al domingo siguiente. Y el domingo acudí a su iglesia reformada situada en un barrio de clase media de la ciudad. Era un edificio rodeado de jardín y zonas verdes. Una iglesia con ciertos toques góticos que le daban cierto misterio. Dentro había una congregación de unas cien personas de todas las edades aunque la mayoría pasaba de los 35 años. Después de entonar el himno 202 y de leer un salmo, el pastor Hervaux, vestido con una toga negra que cubría un traje azul oscuro con una corbata roja, se puso a predicar. Yo estaba en situación de suspense. Las dudas me inundaban. El Reverendo Hervaux era un enigma. Y dijo:
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“El Mal se presenta en el Jardín del Edén como una fuerza externa que irrumpe la armonía de Adán y Eva. La Serpiente induce, tienta, convence, persuade y al final arrastra la voluntad de la pareja. Hay algo que irrumpe en D-ós mismo y que también le desconcierta y le lleva al enfado y a emitir castigo. Hay algo que hace tiempo ha interferido en la misma Divinidad y su Creación y a esta última la ha condicionado hacia objetivos y metas propias; opuestas al Bien y la Perfección. Es como si el Mal perteneciera a otra realidad absolutamente ajena a los planes de D-ós y de ahí su perversión, su inquina, su insidia; su crueldad, su ansia de destrucción; su odio a todo proyecto divino.
“Fue la Serpiente quien destruyó la posibilidad de un mundo sensible perfecto y en armonía a través de las criaturas humanas de Adonai. Y D-ós encajó mal aquella nueva e infinitamente insidiosa interferencia. Tendría que enfrentarse a la Serpiente en el escenario o dimensión de lo sensible, como humano, como criatura sensible y en sustitución de la pareja que no supo vencer el mal en aquel momento decisivo. Sería Él, encarnado en Jesús, quien se enfrentaría al Mal en su terreno. Sería Yahvé o Jehová quien redimiría aquel sacrilegio de desobediencia de Adán y Eva y así mismo la posibilidad de rescate de toda la humanidad caída. Y ese es el sentido de Cristo en la Tierra y de su supremo sacrificio. D-ós mismo arriesgándose en una batalla crucial contra la Serpiente. D-ós mismo tratando de vencer el poder del Mal en la única esfera posible y efectiva, como humano. Así llegó a la Cruz.
“Así expiró vencido por la muerte, pero la conciencia de Jesús no muere. La conciencia singular de Jesús no puede morir como no puede morir ninguna conciencia humana porque la singularidad de una individualidad es infinita en el universo de la creación. Jesús se va abriendo paso en esa misma creación y su conciencia se va expandiendo en un espectro infinito de energía y luz que tiende hacia el Polo Divino del Bien y la Perfección. El Mal, el Reino de la Serpiente, es una posibilidad entre dos infinitos opuestos. El Reino de lo sensible ha sufrido de una imperfección inicial; de una invasión externa que lo ha producido como confusión, alejamiento, mezcla, ceguera. La conciencia humana había quedado atrapada en tal confusión y fue la presa fácil del Mal para sus propósitos, pero la redención era posible. La Creación posee un Polo de Luz y Perfección que jamás deja de alumbrar en todo el cosmos posible. Un polo de atracción que inspira a la nostalgia suprema y que comprende también la parte astral o anímica del mundo sensible. Jesús ve y recobra la Vida en su dimensión más infinita y creativa. Ha comenzado su alejamiento del Mal al mismo tiempo que cobra la absoluta confianza de vencerlo en todo territorio.
ResponderEliminar“El Mal no es un sueño, ni una carencia, ni un efecto de una libre voluntad que decide desobedecer las leyes divinas. El Mal es una realidad con su estatus ontológico, con aspiraciones propias basadas en la absoluta oposición a la inocencia, a la nobleza y a la libertad en la Luz. El Gran Universo se debate entre dos polos y vive en un espectro de posibilidades y dimensiones. El Gran Universo es un misterio y la existencia de los dos polos es incomprensible. La vida y muerte de Jesús se nos revela como la dramática experiencia por la que ha de pasar todo humano en la dimensión sensible. Pero la conciencia nunca muere y habrá de seguir debatiéndose en el espectro cósmico de conciencias astrales y espirituales en dirección a la luz."
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Y así acabó el sermón. Hubo otro himno y una oración y yo salí un tanto fuera de la realidad cotidiana. Nunca el cristianismo se me había presentado con tanto misterio y dramatismo; y tanta esperanza al mismo tiempo.