En el país de Bsngfstrawert nos habíamos propuesto un
suicidio colectivo. Nuestro planeta era horrible y sus habitantes cada vez
enloquecían más. Así que mezclamos en nuestros depósitos de agua sacos y sacos
de pastillas con veneno. Luego fuimos a la Plaza Central y todos hicimos un
juramento solemne para beber el agua a la misma hora. No estábamos dispuestos a
seguir viviendo en un planeta de infamia y locura general. Nuestra dignidad
como pueblo nos llevaba derechos a la autoinmolación.
Todo estaba preparado cuando de repente las naves
planetarias del planeta Hsfgaftsrw aterrizaron en los alrededores del pueblo. Rápidamente
los altavoces nos alertaron que paráramos el Gran Sacrificio. Ellos los Hsfgaftsrwanos
nos llevarían a un planeta reservado para nosotros. Nos dijeron que hacía
tiempo que nos estaban haciendo un seguimiento pues al ser los únicos
descendientes de los mutantes Lksngatyu, nuestra forma de ser era ética y
moralmente íntegra, incapaces de vivir en un planeta malévolo, corrupto y enloquecido
como era el planeta Tierra. Así que nos fueron metiendo en las naves y al poco
tiempo surcábamos los espacios siderales en dirección al planeta Fgsvhjskop.
Nadie jamás se acordó del maldito planeta Tierra una vez nos
asentamos en Fgsvhjskop. Fuimos un pueblo feliz. La pesadilla había pasado.
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