Abrí la puerta de casa y me enfrenté a las escaleras metálicas
exteriores que subían a los primeros pisos de aquel bloque de cuatro
apartamentos. Subiendo las escaleras se podía
llegar al apartamento de Ken y su
china Nyo-Lu. Ken era un pedazo de hombre de 1, 90 m y su mujer era pequeñita
y redondita. Ken era hijo de un granjero de Montana de origen sueco y ella era
hija de unos comerciantes de Hong-Kong. Ken estaba haciendo su doctorado en
ingeniería química y ella en biblioteconomía. Años más tarde ellos se irían a
vivir a Washington y nosotros también acabamos en Washington por circunstancias
de la vida. La última vez que estuvimos con ellos fue en el año 1997. Llegamos
en avión al Dulles International Airport desde Madrid. Nyo-Lu nos esperaba en
la sala de llegadas. Pronto alquilamos un coche y seguimos el coche de Nyo
hasta llegar a su casa adosada de Fairfax. Allí estaban su hija Elsa la mayor y
la pequeña Ruth. Jim había hecho la cena. La casa estaba llena de adornos
variados, entre ellos pequeñas figurillas de porcelana sobre mil motivos.
En el CD sonaba un blues y Ken me ofreció una cerveza. Vimos
un mapa de China adosado a la pared con algunas zonas marcadas con rotuladores.
En algún momento de la comida pregunté qué eran aquellas zonas marcadas en el
mapa. Nyo me respondió que eran zonas de misiones católicas. Quizás fue ahí cuando
nos explicaron la conversión de Ken al catolicismo. Nyo-Lu ya era fuertemente
católica cuando conoció a Ken; de hecho se había educado en un colegio de
monjas de Hong-Kong. Ken era más bien agnóstico aunque de niño había sido
educado en la iglesia luterana. Recuerdo años atrás cómo Ken, mientras
tomábamos
cerveza en su apartamento de Springfield, se mostraba indiferente a las muestras
de religiosidad de su mujer. A veces bromeaba con la fe religiosa en general y
se lo pasaba bien con los escándalos de los tele-evangelistas Jimmy Baker y
Jimmy Swaggart. Pero esta vez ya no era así: Ken se declaraba abiertamente católico
y su sentir religioso era profundamente serio. Todo había sucedido de la
siguiente manera:
Dos o tres años atrás habían hecho una visita a Miami y en
una zona de Miami había un edificio de banco cuya fachada estaba cubierta de
cristal oscuro. En algunos momentos del día se podía ver reflejada una cara que
mucha gente creía era la cara de Jesús y por tanto aquella fachada de banco se
había convertido en un sitio de peregrinación. Ken y Nyo-Lu fueron a ver dicho
sitio y algo fuerte tuvo que pasar para que a partir de ese momento Ken se
hiciera un católico ferviente y sincero. Experimentó una epifanía y posterior
conversión. Así nos lo explicaban mientras cenábamos y el mapa de China dejaba
ver sus zonas misioneras católicas.
Una conversión a través de uns visión sobrenatural. Se han dado muchísimos casos en todas las religiones. La persona queda tan traumatizada que cree todo lo que le pongan por delamte
ResponderEliminarPedrosa Latas
ResponderEliminarSí, quizás sea eso, pero el mundo es muy extraño.
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