Los testigos de Jehová leen a Heidegger de casa en casa
Y con delicadeza suprema llegan a la raíz de la metafísica
Y ¡zas!
La cortan de cuajo.
Luego invitan al ama de casa a convertirse en un Dassein
Que ha de bailar (con su marido) entre el Ser y el No-Ser.
El ama de casa les cierra la puerta de un portazo.
(De nuevo el Ente se cierra en la Idea de Platón.)
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Triste noche, triste día
Se hace de noche y todos se retiran
No he visto a nadie reírse
Todos hablan de la crisis y de la mala salud
Y pasan de largo sin fijarse en mí
Así que cojo mi corneta de hojalata y mi tambor de cartón
Me subo en un banco del parque y me pongo a tocar
Alguien me mira y se queda alucinando
Otros comienzan a pararse
Y yo tocando y aporreando mi dulce tambor de cartón
Mientras por el rabillo de mi ojo veo a dos niños bailando.
Un perro me mira con cara desconcertada
Mirando a su dueño como preguntándoles si ha llegado el momento
de ladrarme.
Ahora hay mucha más gente
Y todos se fijan en mí
Hay monedas en el suelo
Hay mujeres que quieren besarme
Hay extraños que envidian mi porte.
Pero ya se está haciendo de noche y las luces de farolas nos
iluminan
Bajo del banco
Recojo las monedas y me voy bajo la luz de la luna.
Bueo, oiga. Con eso de la corneta y el tambor de plástico del chino no hace daño a nadie. Es bueno.
ResponderEliminarPosaeru