Nos metimos por el tubo de desagüe del gran retrete público
y privado
Nos deslizamos como culebras entre olores nauseabundos de orín
y de mierda
Luego llegamos a un colector donde se juntaban las aguas
fecales de muchas más cañerías y tuberías.
Seguimos deslizándonos entre toda aquella gelatina
putrefacta
Y avanzamos hasta llegar a un verdadero mar de mierda a
donde confluían todos los residuos de mataderos y granjas de puercos.
Allí nos refocilamos entre la viscosa masa más o menos
licuada.
Nadamos y flotamos como peces que han encontrado su hábitat.
El mar de mierda y ponzoña se extendía muchas leguas a la
redonda
En medio de una semioscuridad de gases fluorescentes
Y allí vimos muchos habitantes saliendo y entrando en el
lodo
Buceando a cachos y respirando a intervalos
Parecían humanos o semihumanos o superhumanos
No supimos distinguir bien
Pero todos tragaban mierda por la boca y luego la expulsaban
para luego tragar más todavía y así una y otra vez, sin final alguno.
Eran como seres mortecinos que vivían un letargo sigiloso
Tragando mierda y ponzoña en modo semiautomático
Para luego expulsarlo en cuasi eterno ciclo de libre
circulación putrefacta
Pronto nos deslizamos entre ellos y vimos que nos miraban
complacidos de su grata existencia.
Parecía ser una grata existencia.
Encontramos la salida a un colector de río y allí nos
dejamos caer mirando hacia el sol.
Había mucha mierda en el mundo acumulada
Todas las ciudades guardaban su mierda en mares subterráneos
Para luego caer en ella.
Y ser felices los humanos de la mierda.
Medio dormidos en la mierda.
Quiero viajar a las estrellas y escapar de este mundo de mierda!
ResponderEliminarwinston boogie boy.
Nunca en mi vida logré visualizar tanta mierda junta. Buen poema, no obstante.
ResponderEliminarA veces es necesario experimentar la mierda absoluta para poder llegar a la luz absoluta.
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