Curioso. No logró espantarme. Su lenguaje corporal y su modo de actuar intentaban espantarme. Pero no me espanté, no huí, no respondí al desafío. Sólo miraba, contemplaba. Contemplaba la escena, el escenario, el momento. Luego la función se acabó. Todas las funciones acaban. Todo sigue prolongándose en el tiempo. Habrá más escenas, más escenarios, más funciones. Intentará camelar, convencer, o espantar.
Creo que me he vuelto muy indiferente hacia muchas personas. Ya no me causan interés. Las encuentro aburridas. Puede haber excepciones. Cada vez más raras. Mis paseos solitarios me dan el misterio que busco. Hoy he descubierto que si falta una brizna de hierba en un prado o un pájaro desaparece, o un cabello de tu cabeza deja de existir sin razón alguna, entonces el universo ha de colapsar. No puede faltar nada, pues esa hierba y ese pájaro o ese cabello de tu cabeza son eslabones fundamentales para que el universo se sostenga. De no ser así todo colapsaría y todo dejaría de ser. Algo sustenta el universo.
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