Tel Aviv. Salimos del hotel, nos recoge Emmanuel el chofer y guía del grupo y, después nos dirigimos al museo de la Diáspora situado en la Universidad de Tel Aviv. Emmanuel nos repite un par de veces que Israel no tiene nada de materias primas, nada de recursos naturales como tienen otros países, pero que tienen y cuidan la materia gris de su juventud porque eso es el futuro de su país. Nos habla de la dura selección que se hace en Israel para entrar en la universidad estatal, y, quien no entra en ella tiene que ir a las universidades privadas que salen mucho más caras. Parece bastante diferente a España donde todo el mundo entra en la universidad sin mayores problemas, pero que a la larga va rebajando los niveles de exigencia, o, por lo menos se intentará para no “defraudar” a nadie. La extensión de la universidad es considerable. Podemos ver las diferentes facultades y el campus ajardinado. No hace mucho calor, pero el poco calor que hace es húmedo.
Entramos al museo de la Diáspora donde hay una placa que dice: Esta es la historia de un pueblo que habiendo sido dispersado por todo el mundo, sin embargo permanece siendo una sola familia. Una nación que una y otra vez parecía condenada a la destrucción y, sin embargo, se tornó a levantar de sus ruinas. Vamos así repasando la historia del pueblo judío a través del mundo en forma de fotos, maquetas y de sinagogas que adoptan y asimilan los estilos arquitectónicos de los diversos países donde han servido de centro de culto y vida social. Vemos escenas de las principales fiestas judías: la Pascua, Purim, Hanukka, bodas, circuncisiones, bar mitzvahs, etc. Tel Aviv como ciudad produce una impresión de actividad, de trabajo, de negocios. No es una ciudad que a simple vista resalte por ser vistosa o elegante; hay rascacielos que muestran el puje económico que representa, hay tiendas de todo tipo, hay amplias avenidas y calles normales sin mayor estética que ciertas construcciones utilitarias y funcionales que han servido y sirven para construir una nación de emergencia. Destaca un tipo de bloque de viviendas que luego se repiten en Rehovot y otros sitios, supongo. Son las viviendas que recibían a miles de inmigrantes de muchos países y muchos llegaban sin nada y listos para comenzar una nueva vida en el Israel soñado con ayuda del Estado que subvencionaba todas sus necesidades hasta que lograban reiniciar sus vidas.
Después de esta visita fuimos a ver el Instituto de Ciencias Weizman. Allí está el mausoleo donde está enterrado este hombre de ciencia que también fue presidente de la nación en los años después de la independencia hasta el 1952, estando de primer ministro a David Ben Gurión. Toda una institución dedicada a la investigación en todo campo de la ciencia y tecnologías de vanguardia con profesores que viven allí mismo en buenas casas ajardinadas y con comedores buenos y baratos para que el tiempo esté plenamente dedicado a lo esencial. De nuevo Emmanuel, el chofer y guía nos repitió la misma frase: No tenemos nada, pero si materia gris….etc.. Esto mismo lo repitió en Ashdod que fue otra de nuestras visitas durante el día.
Estoamos en Jerusalén y hemos paseado por las cercanías del hotel en una zona que nos sorprende por la educada forma de conducir, las tiendas yuppies, la gente respetuosa, etc. Nos ha sorprendido mucho la entrada a Jerusalén. Es una ciudad que promete y mañana hablaré de ello. Hay mucho más que contar pero Ana me dice que el partido de España-China ¿ ¿Era China contra el país que juega España? Va a empezar y lo ponen en pantalla gigante en el lobby del Dan Panorama.
Hay mucho que escribir, mucho…
Vital / Nesalem
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