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martes, 29 de junio de 2010

VIAJE A MARRUECOS: FEZ II

FEZ II

Nunca lo había pensado. Nunca había relacionado la política con la mierda de forma tan directa, pero Isdri nos lo hizo ver enseñándonos la relación de la política con las letrinas en las ciudades romanas. Efectivamente, visitando las ruinas de la ciudad romana de Volúbilis, no muy lejos de Mequínez, el guía que nos fue explicando el sentido de toda aquella extensión de restos de casas, templos y palacios; y, al llegar a las letrinas nos dijo que los romanos tenían dos sitios donde hablar de comercio y de política: uno era el foro y otro las letrinas, pues cagaban en público y en comunidad y de ahí que la mierda y la política siempre se hayan llevado de la mano. Isdri hablaba bien el español y además era un chavalote alto, de unos cuarenta años, con mucha gracia y garbo que se declaraba ateo y además esperaba casarse con su novia “maña” (¿Maña? ¿qué será eso?) y luego nos dijo que su mujer-novia era de Zaragoza y ahora estaba allí arriba en la aldea que se podía ver desde Volúbilis. Pegaba el sol pero era un sol seco en un paisaje de montaña de los Atlas Medios. La vista era preciosa y más allá a lo lejos podíamos también divisar Moulay Idriss, la ciudad santa que lleva el mismo nombre del tataranieto de Mahoma que huyó de La Meca a finales del siglo XIII perseguido por el Califato Abasi y se estableció en Volúbilis para más tarde fundar el pueblo en la ladera de la montaña que en ese instante estábamos viendo. Pero la importancia de Moulay Idriss está en que fue allí desde donde se islamizó Marruecos. Una Covadonga de Marruecos, retorciendo un poco el símil. Pero la novia maña de Isdri estaba en una aldea cercana donde vivía su familia. Su padre, que tenía 94 años y todavía vivía, había sido el administrador de Volúbilis durante el protectorado francés y él nos decía que desde chiquillo ya jugaba por las ruinas romanas y encontraba monedas. Isdri luego estudió idiomas y viajó por muchos países y la verdad era que sus explicaciones eran muy elocuentes y su forma de sorprendernos más todavía. En un momento en que vimos unos carriles de vía que surgían de una excavación nos dijo: ¿Veis estas vïas? Pues os juro por Dios (así de fuerte) que ese era el tren de Volúbilis de la época. (¿Cómo, cómo es posible que fueran esas vías de la época? Imposible Isdri, vacilas.) Qué sí—insistió él—lo juro por Dios que era un tren de la época …..(¿??? Chifló Isdri) …moderna, Ja, ja, ja.. Volúbilis decayó con el Imperio pero fue la avanzada africana romana más ambiciosa…de la época (esta vez en serio). La vía era de los arqueólogos que a veces trabajan en nuevas excavaciones. Más tarde cruzamos Mouday Idriss, el pueblo sagrado de Marruecos. Algo así como un pueblo andaluz con sus mezquitas blancas y sus calles tortuosas. Y luego fue Mequínez.

Hoy hemos visitado Fez. Hemos empezado por el barrio judío que son unas calles hoy pobladas por musulmanas ya que los judíos que las habitaban hasta los años sesenta se fueron como inmigrantes a Israel. Curiosamente, en ese momento en que el guía Said iniciaba sus explicaciones sobre el barrio, se bajaba de un autobús un grupo de judíos israelíes de origen marroquí, o sea, de origen sefardí. Se les veía muy emocionados, y es que para ellos la visita tenía un sentido mucho más profundo. Nuestro guía Said se puso una chilaba y nos fue explicando cómo vivían los hebreos y a qué se dedicaban y donde estaban sus negocios y tiendas. Ya en Mequinez, el día anterior, nuestro conductor Bedouí nos había enseñado la antigua escuela hebraica de la ciudad, hoy día abandonada; pero que funciona en otro sitio. Sin embargo estaba el rótulo en hebreo, árabe y francés. También en Mequinez había una comunidad judía importante como la sigue habiendo en Marrakech, en Casablanca y en Fez. Bedoui nos ha prometido enseñarnos la sinagoga de Marraketch, la más antigua de Marruecos, incluso anterior a la llegada de los sefardíes- Bedui es un señor que sabe mucho y sabe todo lo relacionado con el judaísmo marroquí. Tomando un café con él en la Nouvelle Ville de Fez, nos dimos cuenta de lo mucho que ha leído y lo mucho que sabe de historia y política. Pero de eso hablaré más extenso en otro momento. Hemos tenido mucha suerte de tenerle como chofer y hemos tenido supersuerte en no tener grupo de españoles que hubiesen dispersado el interés cultural en chorradas y horteradas. Mucho turista español cuando se mueve en grupo es lo peor que puede pasar a una visita de este tipo. Todo se dispersa en conversaciones frívolas y el guía se vuelve loco controlando a un grupo ingobernable y vocinglero. Hemos tenido la suerte de nuestro lado. Pero siguiendo con nuestro guía Said, este hombre era joven, de unos treinta años, y se le acababa de morir su padre. Su padre había sido mullah y había estudiado teología coránica en una madraza de la ciudad. Había muerto a los 90 años de forma sencilla y feliz. Según Said, era un hombre que había llevado siempre una vida muy frugal, nunca cenaba y siempre estaba a disposición de la mezquita donde oficiaba. Siempre la había pedido a Dios que le diera una muerte tranquila y sin sufrimiento y así fue. Ese día había desayunado como siempre y al poco rato se desmayó y murió. Said no podía ocultar su tristeza y nos lo dijo cuando visitábamos una de las muchas madrazas o escuelas coránicas muy antiguas hoy día abandonadas como museos (las nuevas están en otra parte) y que pueblan la laberíntica medina de Fez. Interesante persona Said, un hombre muy sosegado, muy tranquilo, con su español trabajado, con su alto nivel cultural ya que estaba al día en muchos temas literarios tanto hispano como marroquí. Un hombre que inspiraba espiritualidad pero que su tristeza era muy evidente.

Ni que decir que esta visita con Said fue muy cuajada de experiencias, pero hoy dejo el relato aquí ya que mañana madrugamos para ir al desierto, a la población de Merzouga, ya lindando con Argelia. Said nos dijo que abramos bien los ojos para este viaje ya que el paisaje va a ser fantástico. Hemos de atravesar la cordillera del Atlás por su parte más bonita. Dormiremos en un campamento beduino. No sé si habrá in ternet para enviaros mi crónica diaria.

Un saludo,

Vital

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